Sunday, July 09, 2006

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Carlos estaba en el parque de los patos sentado en un banco. Sobre sus piernas, tumbada, estaba Maria, su novia. Ella hablaba sin parar, pero él no la escuchaba. Estaba mirando a los niños que jugaban en el parque. Dos se estaban peleando porque uno había hecho trampas. Y las madres allí, tan tranquilas, hablando de sus cosas. Al de un rato Maria, que no se sentía escuchada lo interrumpió.

- Me estas escuchando –dijo
- ¿Qué? Sí sí...
- No, no me estas escuchando –le dijo ella enfadada y levantándose.
- Claro que si me estabas contando....
- ¿qué te estaba contando, a ver listillo?
- Que...
- Ves, no tienes ni idea de lo que te estaba contando. Pero bueno, ya da igual, me tengo que ir, adiós.
- ¿te has enfadado?
- No. Me tengo que ir.
- Bueno...Adiós....

Como quería aquella imbécil que él la escuchase. Si no paraba de decir tonterías vacías y que a él le daban igual. La verdad es que en momentos como ese no entendía como podía seguir con ella. Resopló de desesperación, miró a los niños para ver que las madres ya habían intervenido y como no tenía nada que hacer allí se marchó.

+ + +

Ana se limpio las manos en el fregadero. Era el tercer lienzo que tiraba ese mes, nada le parecía lo suficientemente bueno. Se quitó las gafas, se limpió la cara y cogió un bloc de dibujo, su estuche y lo metió todo en su bolso. Agarró la gabardina y salió de casa en busca de la inspiración perdida. Se iría al muelle de las arenas posiblemente. Aquella vista era muy buena y muchas otras veces le había devuelto la inspiración.

Cuando llegó al metro aun quedaban siete minutos para que el próximo tren llegara. En la estación no había nadie. Hacia frio para ser septiembre. Se encogió dentro de la gabardina. Luego saco el bloc y se puso a dibujar la estación. Cuando habían pasado seis minutos y medio el ruido de los trenes la hizo volver a guardarlo todo en el bolso.

+ + +

Carlos iba mirando por la ventana. El muelle atardeciendo era increíble. De pronto el tren paró. Creía que nadie se subiría pues llevaba todo el viaje solo, sin embargo escucho como una de las puertas del metro se abría. Se asomó al pasillo y vio a una tímida chica, con una gabardina y gafas. La chica se puso a mirar hacia los lados y le vio. Disimuladamente (o al menos intentándolo) se deslizo hasta el vagón en el que estaba él, y se sentó dos asientos mas lejos.

El chico se pregunto porque habría decidido sentarse ahí. Y mientras lo pensaba la miraba. Ella había sacado un bloc y un lápiz del bolso, miraba por el pasillo, lo miraba y dibujaba. Cuando se dio cuenta que él la estaba observando sonrió. Algo dio una vuelta de campana dentro de Carlos. Tal vez fuese solo que una chica mayor que él le había sonreído, pero él le devolvió la sonrisa y se apoyo como posando. Ella se rió. él siguió mirando por la ventana.

A la segunda parada sin que nadie entrase se levanto, y fue hasta el sitio de la chica. Ella le enseño el dibujo sin decir nada, sonriéndole.

- esta bien-dijo él
- gracias –dijo ella pasándose el pelo por detrás de la oreja

Después Carlos se quedo en silencio, un silencio incomodo. Quería decir algo que sonase ingenioso pero no infantil, algo que no le hiciese quedar como un completo imbecil. Pero no se le ocurría nada “mierda” pensó “no debería haberme levantado”. La chica lo miró sonriendo cuando el metro paró.

- Es mi parada –dijo
- También es la mía –dijo él viendo que realmente, era su parada
- En serio? Jajaja no serás uno de esos violadores no? –dijo ella bromeando
- Jajaja no no, eso solo los jueves
- Jajajaja.

Salieron por la misma puerta y se despidieron con un simple “adiós” que a Carlos le supo a poco. Tenia que volver a ver a aquella chica.